miércoles, 4 de abril de 2012

Perspectiva Pedagógico Didáctica II - Trabajo práctico Nº 3



1-
a)
Para determinar el papel que se le otorga al lector en los planteos de la teoría de la recepción es posible apelar a la metáfora del detective citada por Faisal: “Todo texto es un mecanismo ambiguo (aunque algunos en mayor medida que otros), lleno de espacios en blanco y no dichos que el lector debe actualizar para evitar una decodificación incorrecta. Para ello, como un detective, (el lector) debe inferir estos no dichos, elaborar hipótesis y reconocer las reglas implícitas que rigen el texto”. 
De lo dicho se desprende que, de acuerdo a esta teoría, el rol del lector se aleja de la recepción pasiva y acrítica de un significado univoco, orientándose en cambio, hacia la actualización y apropiación de sentido que conlleva toda lectura, proceso de interacción que se da entre el texto y el lector.
b)
Lectura contextual: Se lee partiendo de los vínculos que se puedan establecer entre la obra y datos derivados del contexto, así como también con otros textos diversos. Dentro de este paradigma es posible observar a su vez, diferentes modos de analizar una obra: desde el canon o tradición literaria; desde el contexto de su producción (contexto que abarca tanto factores sociales e históricos como económicos y políticos);  desde un modelo no literario (proveniente de disciplinas no literarias); partiendo del estudio de datos biográficos y críticos sobre el autor.
Lectura inmanente: Se lee haciendo foco en el propio texto, aislándolo de la realidad de la que es parte.  El análisis se orienta hacia aspectos formales y estructurales.
Lectura con acento en la recepción: Se lee poniendo énfasis en el rol activo del lector, como responsable de la decodificación, atribución de significación y apropiación del texto.
2-
a)
Formalismo Ruso
  • La noche boca arriba                                       Julio Cortázar
  • Instrucciones para subir una escalera   Julio Cortázar

Estructuralismo
  • Tlön, Uqbar, Orbis Tertius                               Jorge Luis Borges
  • Tema del traidor y del héroe                            Jorge Luis Borges

Semiótica
  • La Cuerda                                                      Katherine Anne Porter
  • Casa Tomada                                                 Julio Cortázar

b)
Shlovsky, uno de los principales referentes del Formalismo, diferencia las imágenes en dos tipos, las puramente prosaicas que nos sirven como medio practico para pensar o agrupar objetos y las imágenes poéticas, que actúan como refuerzo para crear una impresión máxima de un objeto o fenómeno dado. También nos habla del proceso de singularización, que consiste en no llamar al objeto por su nombre, sino en describirlo como si se viera por primera vez, usando para su descripción palabras tomadas de partes correspondientes a otros objetos.
Podemos observar ejemplos de singularización en el cuento La noche boca arriba de Julio Cortazar. En el, el autor va utilizando diferentes imágenes a lo largo del texto, para situarnos en uno u otro contexto por los que el personaje va alternando (el hospital de la ciudad y la América precolombina).
Hacia el final del relato, encontramos dos ejemplos concretos de  singularización: “Luces verdes y rojas que ardían sin llama ni humo” y “un enorme insecto de metal que zumbaba bajo sus piernas”.
Cortazar se sirve de estas imágenes para reforzar el carácter onírico de objetos que hasta ese momento relacionábamos con la “realidad”, desenmascarando al verdadero sueño.
Observamos que la función de estas imágenes no es acercar a nuestra comprensión un significado univoco (semáforo, motocicleta), sino la de producir una percepción particular de estos objetos, es decir, crear su visión no su reconocimiento.

3-
Título del proyecto:
¡Bang, bang, estás liquidado!
El género policial en la Literatura y otros lenguajes artísticos.

Destinatarios:
Alumnos de 3º año de E.S.B

Duración:
Cuatrimestral

Propósitos Generales:
A partir de el acercamiento a diversas obras representativas del género tanto literarias  como de diversos lenguajes artísticos (películas y cómics)  se espera generar un ámbito de discusión acerca de los rasgos comunes y las diferencias que estas presentan, de manera que los alumnos puedan construir por su cuenta una noción tentativa del género, así como también individualizar algunas de sus principales características o elementos recurrentes.

Luego, en base a la búsqueda de información  y el comentario en clase de planteos teóricos (definiciones, clasificación, etc.) y datos sobre el contexto de producción, se espera que los alumnos puedan ampliar el concepto del género y puedan dar cuenta de ello a través de la redacción de un breve ensayo en el que establezcan relaciones entre algunas de las obras trabajadas, los conceptos apropiados y sus impresiones personales.

Para finalizar, con los propósitos de: favorecer la interacción entre los diferentes integrantes del grupo, posibilitar la circulación de los ensayos producidos con otras personas interesadas en el tema e integrar prácticamente las nuevas tecnologías al proceso de enseñanza, de forma creativa, se difundirán los textos resultantes del proyecto mediante la elaboración individual de un blog, en el que los alumnos, además de exponer sus trabajos puedan agregar diferentes elementos paratextuales ( texto, tipografías, imágenes, video, etc.).

Fundamentación:
Según plantea el nuevo Diseño curricular enseñar Practicas del Lenguaje supone la formación de alumnos como usuarios integrales del lenguaje, propiciando que lleven a cabo interacciones comunicativas concretas de manera cada vez más autónoma.
Por ello, las Practicas del Lenguaje se han agrupado en tres ejes (Literatura, Estudio y Formación Ciudadana), que constituyen tres ámbitos de uso del lenguaje. El objetivo de esta organización es convertir en contenidos curriculares estas porciones del lenguaje en uso, por lo que no debe entenderse que estas se presenten en el mundo social de manera fragmentada, ni que una determinada practica no acepte el tratamiento desde la perspectiva de los otros ejes.
Por el contrario, el docente debe privilegiar las prácticas que supongan un cruce entre ámbitos, de manera que los alumnos puedan apropiarse de estas al participar en situaciones comunicativas diversas que puedan abordar desde diferentes posiciones.

Con respecto al eje de Literatura en particular, ámbito a partir del cual se desarrolla este proyecto, se han intentado seguir algunas de las orientaciones didácticas planteadas en el Diseño curricular, a saber:
  • Propiciar situaciones de lectura sostenida de textos diversos y concretos, poniendo en juego la alternancia metodológica, (al generar situaciones de lectura tanto individuales como compartidas), de modo que los alumnos pongan en practica diferentes estrategias de abordaje de los textos.
  • Instalar en el aula un ámbito de discusión que deriven en el intercambio de ideas e impresiones acerca de los textos leídos y permitan a los alumnos exponer sus opiniones y enriquecer, en dialogo con otros lectores, sus propios puntos de vista.
  • Poner en juego experiencias de escritura propias de lectores expertos, tales como la redacción de breves ensayos acerca de las obras leídas, ajustando su tratamiento a propósitos y destinatarios concretos.
  • Relacionar los textos leídos con obras pertenecientes a otros lenguajes artísticos, de modo que se puedan apreciar las características propias de la Literatura en las mismas.

En cuanto al tratamiento dado en el proyecto al género literario como elemento organizador de la lectura se procuro tener presente los planteos de Alicia Faisal[1], que considera al género como “una categoría clasificatoria que asegura la comprensión del texto” ya que posibilita la formulación de hipótesis de lectura, así como también proporciona importante información acerca del contexto de producción de la obra.
Al mismo tiempo, a través del empleo de estrategias especificas y el reconocimiento de las marcas propias que distinguen el género al que pertenecen, se profundiza el nivel de comprensión de los textos trabajados.
Estos planteos están en concordancia con los propósitos explicitados en el Diseño curricular en el que se orienta la enseñanza de las prácticas hacia el acercamiento y el comentario de muchas obras del mismo género, de manera que los alumnos puedan discutir con otros sus interpretaciones y los efectos que el texto produce en ellos como lectores.

Por último, en relación al producto final del proyecto, cabe señalar la necesidad de integrar en la práctica escolar concreta los adelantos tecnológicos relacionados con la difusión y transmisión de la información, entendiendo estos como herramientas de imprescindible aplicación en la vida cotidiana de los alumnos.
Si bien es posible objetar que para el desarrollo de este punto es necesario contar con un gabinete de computación en la institución o ajustar el destinatario al que se dirige el proyecto a  alumnos de un nivel sociocultural y económico medio, para la organización de esta actividad se ha partido del supuesto que todos somos usuarios de la tecnología. El acceso a Internet desde el hogar se ha multiplicado acorde a la adquisición de computadoras personales y es posible preveer que esta tendencia continuará aumentando. Además,  el porcentaje de alumnos que accede a la red desde locales comerciales (cibercafés, locutorios, etc.) también crece en forma sostenida.
En todo caso, aún cuando todavía falte un tiempo para que la mayoría de la población escolar tenga acceso a esta tecnología, es preciso convencerse que la escuela debe comenzar a integrarla en su práctica cotidiana con carácter urgente.
Para justificar esta urgencia basta reflexionar en lo que se ha convertido la televisión en poco más de 80 años. Un invento que podría haber revolucionado las orientaciones de la didáctica de la enseñanza y que hoy  cumple una función esencial orientada al entretenimiento pasivo y  lo único que enseña (de manera harto eficaz) se reduce a que consumir.
Por otra parte, la utilización de material didáctico tradicional (libros de texto, fotocopias, etc.) supone un gasto similar para el alumno que el acceso a Internet determinado número de horas, (que en muchos casos ya esta garantizado para usos de lúdicos o sociales).

Actividades:
  • Se propone a los alumnos la investigación acerca de las características y variantes del género Policial, partiendo de la lectura de un corpus obligatorio seleccionado por el docente.
  • Lectura de los textos literarios, poniendo en juego la alternancia metodológica. Cabe señalar que los textos elegidos serán de extensión breve (cuentos), de manera que puedan leerse “de un tirón” ya sea en sus casas como en el aula, junto con sus compañeros y el docente. 
  • Luego de la lectura, abrir  un espacio de discusión en el que los alumnos puedan aportar sus impresiones acerca de los textos leídos y enriquecer sus puntos de vista a partir del comentario de sus compañeros.  
  • Se procede a agrupar a los alumnos en conjuntos de no más de 4 integrantes, proponiendo la investigación y recolección de material teórico y bibliográfico acerca del género policial, los textos leídos y su contexto de producción. Previamente se propiciará la discusión acerca de los criterios para la búsqueda de información en bibliotecas e Internet.
  • Comentario en clase y sistematización de los datos recabados por los grupos, de manera que se llegue a un concepto final del género trabajado y se expliciten sus principales características y variantes.
  • Proponer a los alumnos que miren películas y/o lean historietas policiales e intenten reconocer en las mismas algunas de las características propias del género. La selección de las obras puede ser optativa (entre un corpus seleccionado por el docente) o libre, a partir de las referidas por los alumnos en clase.
  • Abrir un nuevo espacio de discusión en que cada grupo pueda expresar sus opiniones y explicitar las relaciones que ha podido establecer entre los textos leídos, los planteos teóricos y las obras de otros lenguajes artísticos que han visto.
  • Redacción individual de un breve ensayo en el que vinculen los aspectos teóricos sobre el género y los textos leídos, así como también las obras de diferentes lenguajes artísticos que han trabajado en forma grupal. En este punto es importante señalar la necesidad de entender la escritura como proceso, de modo que se favorezca la redacción de borradores y la autocorrección como actividades  imprescindibles, previas a la entrega del texto final.
  • Exposición y comentario en clase de los textos obtenidos.
  • Elaboración de un blog en el que además del ensayo resultante del proyecto, los alumnos puedan agregar otros elementos que consideren vinculados al tema del proyecto (textos, imágenes, música, videos, enlaces a páginas de interés, etc.). Para este actividad en particular, se explicará de manera sistemática los pasos a seguir para armar un blog básico, sirviéndonos para ello de tutoriales y otros recursos que pueden encontrarse en línea.   

Corpus Obligatorio

Los crímenes de la calle Morgue                      Edgar Allan Poe
El valle del terror                                             Arthur Conan Doyle
Los asesinos                                                   Ernest Hemingway
Tristezas de Bay City                                      Raymond Chandler

Optativo
El Cuchillo                                                      Patricia Highsmith
Cinco cerditos                                                 Agatha Christie

Sin City: Ojos Azules                                      Frank Miller
Sin City: La gran Matanza                               Frank Miller

El halcón Maltés                                              Dir. John Huston
Pacto Siniestro                                    Dir. Alfred Hitchcock

Material Didáctico / Soportes
Fotocopias
Mail
Video tutoriales
Pizarrón y tiza

4.
Propuestas teóricas

Formalismo: Los formalistas se oponían a estudiar las obras literarias en marcos que no le fueran propios, analizándolas desde puntos de vista ajenos al lenguaje. Su propuesta consistía en abordar la obra desde parámetros lingüísticos, utilizando un método de crítica literaria totalmente intrínseco, es decir, que partiera de la obra misma.
Rechazan la descripción centrada en explicaciones históricas de la critica literaria tradicional, valorando la estructura de la obra por sobre los datos biográficos el artista. Su propuesta teórica consistía en apartar la obra de la cadena histórica y analizarla atemporalmente. 
El formalismo enuncia que el arte es la distorsión creadora de la naturaleza mediante una serie de artificios, entendidos como procedimientos lingüísticos o mecanismos orientados a desautomatizar la percepción del receptor. Sus principales representantes son Jacobson, Slovsky, Tinianov, etc.

Grupo Bajtin: Contemporáneos a los Formalistas, este grupo también se preocupa por la cuestión de la especificidad literaria, pero conciben a la literatura vinculada con la ideología. La literatura representaría de modo específico los lenguajes sociales y sus conflictos.
Retoman la noción de signo de Saussure para elaborar sus planteos, pero se oponen a pensar que el signo carezca de toda connotación afectiva, social, moral o política.
Voloshinov afirma que todo signo es ideológico, ya que no solo refleja sino que refracta una realidad exterior a el. Es en el signo donde tienen lugar las tensiones ideológicas, ya que el signo, al ser habitado por la historia y los hombres que lo hacen es de carácter material.
Bajtin entiende que lo específicamente literario debe hallarse al considerar la obra en cuanto a su forma y a su contenido, ya que ambos son portadores de evaluaciones sociales. Toda obra condensa evaluaciones sociales a través del trabajo con los sobreentendidos, es decir, enunciados que manejan los participantes de un circuito comunicativo. Para llegar a esta conclusión confronta los discursos cotidianos con los artísticos:
En el discurso cotidiano, un emisor pronuncia un enunciado que, tomado aisladamente, se vacía de sentido. Es necesario que tanto emisor como receptor conozcan los sobreentendidos, que manejen el mismo contexto extraverbal.
Este contexto extraverbal se compone de: el horizonte espacial, el conocimiento y la comprensión de la situación y la evaluación con respecto a la situación.
Esto sobreentendidos, sumados a la figura tonal utilizada para la pronunciación del enunciado, posibilitan que emisor y receptor puedan comunicarse.
En el discurso poético, son los sobreentendidos los que organizan la obra, determinando, por ejemplo, la elección de las palabras. Por lo tanto, el discurso literario no es solo un sistema de signos ideológicos, sino un sistema de signos ideológicos-artísticos o ideologemas. Estos ideologemas se caracterizan por relacionarse con la especificidad del texto artístico (hacia adentro) y con la realidad exterior (hacia fuera).
Bajtin abre el concepto de género, distinguiendo entre géneros discursivos simples (que aparecen en la comunicación entre sujetos) y complejos (que se nutren de los primeros, transformándolos).
La clasificación de los géneros sería interminable, sería interminable ya que habría tantos géneros como esferas de la actividad humana. La literatura, entonces, pasaría a ser un género discursivo más, con sus particularidades.
Bajtin acuña el concepto de cronotopo, que define como un entrecruzamiento del tiempo y el espacio representados en el texto, cuya función narrativa es relacionarse de modo determinante con el conflicto y definir el perfil del héroe. Esta categoría posibilitaría el estudio histórico de la novela.

Abordajes sociológicos: Las teorías literarias de corte sociológico se concentran en explicar  los vínculos entre escritor, obra, público y contexto cultural desde el punto de vista de que es lo social y lo histórico, lo que confiere significación a la obra. De este modo, lo social y lo estético se consideran como aspectos inseparables.
Los pensadores de esta corriente abrieron las teorías marxistas al abordaje de cuestiones estéticas y culturales.
Lukacs, uno de los principales representantes de la corriente propone la teoría del reflejo: la obra de arte debe reflejar de manera realista el mundo social. Tal como el expresionismo reflejaría lo superficial de los fenómenos, el realismo habría captado sus fundamentos. En este sentido, la novela es clave en su teoría, ya que se define como género propio de la sociedad burguesa.
Para Lukacs, la representación de personajes tipo es la forma mediante la cual el realismo captaría la realidad en su esencia.
Además, valora el mayor alcance de público de la literatura realista respecto a las obras de vanguardia. La literatura es juzgada en función del papel que le era asignado políticamente (por el Proyecto Soviético).
Por último, Lukacs reconoce la operatividad para el análisis de observar las relaciones entre vanguardia y realismo, no solo concebidos como estéticas, sino dentro de la obra de un mismo autor e inclusive dentro de una misma obra.
Otro representante de la corriente, Goldmann, retoma la teoría de Lukacs como base para su sociología de la novela. Esta teoría recibe el nombre de estructuralismo genético.
Para Goldmann existe una correspondencia entre la estructura de la obra y las estructuras mentales de los autores, portavoces del grupo social al cual pertenecen.
De este modo, el autor se inscribe en un grupo y una tradición.
Por otra parte, esta teoría implica que la relación entre teoría y sociedad no esta dad por los contenidos, sino por la organización estructural.
El autor acuña el concepto de “visión del mundo”, que define como las formas o estructuras mentales colectivas mediante las cuales una clase social conforma un conjunto de ideas, que representan una respuesta a una situación histórica concreta.

Escuela de Frankfurt
Los principales representantes de esta escuela son: Adorno, Horkheimmer, Fromm, Marcusse y Habermas.
Para Adorno, la totalidad es el resultado de una percepción falsa, efecto de una mirada totalitaria que niega lo particular y lo fragmentario.
El arte y la Filosofía crítica deben reconocer esta mirada y resistir los discursos hegemónicos en un mundo que todo unifica, en la medida que pueda cambiarse por dinero.
Adorno revaloriza al género ensayo, en el que se explicita la relación existente entre los campos de la ciencia, la moral y el arte, ubicándolo fuera del discurso hegemónico y contra él.
Como oposición a la imagen engañosa de totalidad, Adorno plantea una “estética de la negatividad” (propia del género ensayo y  el arte de vanguardia) que consiste en un conjunto de procedimientos formales al servicio de desenmascarar a la sociedad capitalista.
Adorno reconoce la naturaleza social del arte y la Filosofia pero otorgándoles una autonomía tal que les permite oponerse a la sociedad.
Desde la distancia Crítica que les confiere su forma, tanto el ensayo como el arte de vanguardia hablan sobre el mundo, evocándolo no bajo sus propias leyes, sino develándolo desde las particularidades formales de la obra.
Por lo tanto, seria la literatura de experimentación, el rechazo a la tradición y la búsqueda de lo nuevo lo que genere el desarrollo de la historia de la estética y promueva un cambio social.

Teoría de la Recepción: Propone concebir como objeto de estudio las lecturas o interpretaciones que los textos promueven y la función que cumplen en la producción de nuevos textos ciertas lecturas y modos de leer establecidos en la sociedad. El objetivo es renovar la historia de la literatura partir de la redefinición del rol del lector.
Representantes importantes de esta corriente: Yvancos, Jauss, etc.

Para Yvancos la estética de la recepción implica cuatro desafíos:
  • Cambiar el concepto de “lengua literaria” por el de “uso y consumo de la literatura”, lo que implica entender la literatura no como un sistema con existencia en si mismo, sino como un acto de comunicación cuya realidad se garantiza al ser actualizado por el lector.
  • Concebir la categoría teórica de competencia literaria que presupone un lector que maneje una serie de saberes sobre convenciones literarias de índole textual y transmisión histórica, que le permitan reconocer las especificidades de cada género, las referencias, etc.
  • Concebir la interpretación como la creación de significado por parte del lector, de modo que se entienda que la obra no es independiente de la mirada del lector.
  • Redefinir la historia de la literatura atendiendo a la historicidad de las lecturas.

Jauss, por su parte, plantea una concepción artística que no descarte ni lo histórico ni lo estético, a la que propone entrar a partir de la función del lector.
Al respecto enuncia siete tesis, a saber:
·        La historicidad de la Literatura se basa en la experiencia de los lectores. Esto implica que una historia de la literatura es considerada como una lectura posible entre otras. Se deja de lado el carácter objetivo para centrarse en que y como se lee.
·        Un lector tiene experiencias literarias que actúan en la recepción, que implican cuestiones relacionadas con el género, la forma, etc.) de carácter trans-subjetivo, es decir, exceden al sujeto particular, lo que permite transformar los actos de percepción en una cuestión objetiva, dimensionable. Estas experiencias literarias trans-subjetivas constituyen un horizonte de    expectativa (desde el cual los lectores interpretan) que cambia con las nuevas lecturas y experiencias de vida.
·        Existe una distancia estética entre el horizonte de expectativa existente y la capacidad de cambio que trae una obra. La reconstrucción del horizonte en el que aparece una obra del pasado hace posible determinar su carácter de obra de arte a partir del análisis de las reacciones del publico y la crítica
·        Esta reconstrucción del horizonte del momento de producción de una obra permite recuperar también las preguntas a las que el texto habría dado respuesta.
·        La obra debe estudiarse como acontecimiento, como lectura y respuesta de textos anteriores y como punto de partida de nuevas respuestas. Es decir, situar la obra diacrónicamente permite fusionar el horizonte desde el que se lee con los horizontes anteriores para comprender su historicidad.
·        Este punto amplía el anterior. Sincronía y diacronía interactúan dialécticamente. El estudio sincrónico permite concebir el estudio de un sistema de relaciones en la literatura de un momento histórico.
·        La historia de la literatura alcanza su objetivo cuando se la concibe como una historia especial en relación con la historia general. La función social de la literatura se revela cuando la experiencia literaria del lector repercute en su comportamiento social.
Esta perspectiva permite, en el plano de la Didáctica, ver al alumno y al docente como lectores, con distintas competencias literarias, construidas desde distintos horizontes de expectativa.

Estudios culturales: En la década del 60 aparecen estudios que toman como objeto fenómenos culturales abordándolos desde una perspectiva histórico-social. Esta corriente entiende la cultura en su dinámica, sus procesos de cambio.
Su principal exponente es Raymond Williams.
Williams revisa críticamente la teoría marxista, dirigiendo su investigación al análisis de los componentes y figuras de la cultura burguesa. Para ello, toma las producciones culturales y las aborda en sus especificidades, sus elementos constitutivos, su movimiento interno y su evolución.
Con respecto a la evolución de las producciones culturales, Williams aporta dos nociones fundamentales: Tradición selectiva y estructuras del sentir.
La Tradición selectiva permite captar la dinámica del conflicto en el interior de una cultura. Considera al campo de la hegemonía cultural (lo aceptado, lo dominante) como un espacio de enfrentamiento donde cada fenómeno selecciona del pasado otro fenómeno con el que filiarse y tejer la tradición.
Las estructuras del asentir, permiten entender el cambio en los fenómenos. Williams las define como un horizonte de posibilidades imaginarias que incluye tanto formas como ideas respecto de un campo social y cultural. El movimiento en la historia se produciría, entonces, cuando la estructura vigente ya no puede contener ni decir las novedades sociales.

Nueva historia cultural: Esta corriente de análisis aparece en los años 80. Su propósito es integrar en un solo relato todas las “historias de” (arte, literatura, etc.) en una historia cultural integrada.
Se entienden las producciones culturales teniendo en cuenta sus productores, revalorizando el elemento individual.
Roger Chartier, uno de los principales exponentes de la corriente, cuestiona los paradigmas estructuralista y marxista, que trataban de identificar las estructuras y las relaciones que, independientemente de las percepciones y las intenciones de los individuos, se suponía que regían los mecanismos económicos, organizaban las relaciones sociales y engendraban las formas del discurso.
Chartier señala tres giros que marcan el cambio de paradigma:
·        Giro lingüístico: Implico entender la historia como una matriz discursiva. Esto da a la literatura un puesto privilegiado, ya que la narrativa y la poesía representan los indicadores más sensibles del clima cultural; se privilegia el discurso narrativo ya que es este el que cuenta la historia.
·        Giro hacia adentro: Propone orientar los estudios hacia los ámbitos privados (hogar, sentimientos individuales, sexualidad, etc.)
·        Giro hacia afuera: Implica la consideración del otro como sujeto desde el cual también se mira, de modo que se rescate la identidad de grupos marginales y voces reprimidas por al historia oficial.

Modelos de Historias de la literatura

Auerbach: La historia de la literatura occidental (1942) abarca 3 mil años de literatura occidental, es especial europea y parte del concepto de mimesis aristotélico, analizando como la literatura representa lo real cotidiano.
Las hipótesis sobre las que s construye esta obra son:                     
·        Toma como punto de partido la teoría antigua de la representación Auerbach, plantea que el realismo Frances del siglo XIX produce la ruptura de esta concepción. Stendhal y Balzac hacen derrumbar la regla clásica de diferenciación demostrando que lo real cotidiano es materia también de estilos elevados.
·        Auerbach propone que esta ruptura del realismo del siglo XIX tuvo antecedentes durante la Edad media y el Renacimiento.
·        Estas rupturas respecto a la antigua concepción de los niveles sucedieron de manera diferente y produjeron distintas consecuencias, lo que permite vincular  los cambios formales de la representación literaria con aspectos sociales, religiosos, económicos y políticos., en la que lo real cotidiano era asociado unívocamente a géneros menores, mientras que lo trágico y lo heroico se vinculaba a los géneros mayores.
Por otra parte, Auerbach planta la imposibilidad de una historia integrada y totalizadora, proponiendo en cambio estudiar una selección de textos que permita describir sus particularidades y observar los cambios que se manifiestan en estos.

Hauser: La Historia social de la Literatura y el Arte (1951) expone el desarrollo de las distintas formas de simbolización de la realidad (en literatura, arte plástico, teatro, etc.) en vinculación con los diferentes sectores sociales que produjeron y consumieron objetos culturales.
Hauser reconoce que las manifestaciones artísticas son condicionadas por una red de variables socioeconómica, remarcando que todo cambio radical en arte o literatura obedece a un cambio social.

Chartier: Las bases teóricas para la construcción de la Historia de la lectura en el mundo occidental (1997) son: La lectura no se inscribe en el texto; El texto existe en la medida que un lector le confiere sentido.
El propósito de esta historia es reconstruir en sus diferencias y singularidades, las diferentes formas de leer desde la antigüedad hasta la actualidad, oponiéndose a abordajes inmanentistas, que ven al texto como un artefacto que proporcionaría sentido en si mismo, independientemente de su soporte.

Jitrik: Sostiene que lo que determina la estructura de la totalidad son los “puntos de inflexión”, situaciones en que lo acumulado se concentra sobre si mismo y da origen a nuevas estructuras.
Esta perspectiva permite leer la historia desde un punto de vista consciente, crítico. El crítico se piensa como lector, reconociendo conscientemente el contexto desde el que realiza la lectura, que le permite construir un sentido en dialogo con el texto.

5.
Es posible observar, ya a partir del cambio en la denominación del espacio curricular (de Lengua y Literatura a Prácticas del lenguaje), un giro didáctico en el abordaje  de la materia, orientado más hacia el uso cotidiano del Lenguaje que a la mera transmisión de contenidos.
En concordancia con este nuevo diseño curricular, los docentes del área debemos replantearnos tanto de que manera se enseña (y se ha enseñado) Literatura en la escuela media.
Para ello, es indispensable rescatar los aportes de las diferentes teorías literarias, de modo que sea posible integrarlos en nuestra práctica profesional diaria.
En este sentido, los libros “Enseñar literatura”[2] y “La literatura: un dialogo con el texto”[3], nos aportan tanto una síntesis de los conceptos fundamentales de las distintas teorías literarias, así como también propuestas didácticas basadas en los mismos.
Tan lejos del comentario intuitivo y la charla inconsistente como de los esquemas rígidos de carácter prescriptivo, podemos encontrar en estos textos, herramientas metodológicas y didácticas útiles,  que sirven de guía para traducir en el aula los aspectos esenciales de la teoría literaria, para, de esta forma, promover en los alumnos tanto el disfrute como la lectura crítica de los textos literarios. 


[1] Faisal, Alicia (1998).  Leer desde el género en La Literatura: Un dialogo con el texto (23 – 43), Editorial El Ateneo, Buenos Aires.
[2] López Casanova, Martina y Fernández, Adriana (2005). Enseñar literatura. Fundamentos teóricos. Propuestas didácticas, Editorial Manantial/ Universidad Nacional de General Sarmiento, Buenos Aires.
[3] Faisal, Alicia (1998). La Literatura: Un dialogo con el texto. Marco teórico, estrategias de interpretación y actividades para la enseñanza de literatura en el tercer ciclo de la EGB y en la educación Polimodal, Editorial El Ateneo, Buenos Aires.

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