miércoles, 4 de abril de 2012

Perspectiva Pedagógica Filosófica II - Por siempre Marx


Trabajo Práctico 6
1)
Si bien tanto Marx como Hegel consideran que la realidad histórica-social humana tiene una estructura dialéctica que se encamina hacia la perfecta racionalidad conciente, este último creía que las formas sociales y políticas de su época eran adecuadas para el pleno cumplimiento de las exigencias de la razón, ya que, mediante el desarrollo gradual del sistema político social vigente se llegaría al desarrollo pleno del hombre.
Por el contrario, Marx considera que las contradicciones inherentes a la realidad están lejos de ser conciliadas y los principios de la razón no coinciden con el orden social y político existente. Prueba de ello seria la existencia de la clase proleteria: Hegel sostenía en su Filosofia del Derecho que la propiedad privada es la manifestación exterior de la persona libre, sin embargo, el proletariado, al carecer de toda propiedad no es libre ni es persona.
Al mismo tiempo, la filosofia hegeliana afirma que es mediante el ejercicio de las actividades espirituales (tales como el arte, la filosofia, etc.) que el hombre se hace hombre entonces, el proletariado, estaría separado de su esencia o espíritu, ya que sus condiciones existenciales no le permiten ocuparse de esas actividades; ocupado como esta en satisfacer sus necesidades animales le es imposible acceder a las necesidades propiamente humanas, las culturales.

2)
Según Marx, el hombre se afirma como tal a partir de que supera el conflicto entre sus intereses privados y la vida política, relacionándose tanto con el género humano al que pertenece como con su propia esencia. Un individuo no puede considerarse cono “ser genérico” apenas llega al mundo, sino que le es preciso realizar, mediante el trabajo, una unidad efectiva con los otros, en una acción histórica común conscientemente conducida.
Simplificando puede decirse que esta expresión significa lo propio del hombre reside en su referencia a lo universal, es decir, esta referido a la naturaleza en su totalidad, su pensamiento capta los universales, y es solidario con la totalidad del genero humano.


3)
Marx resalta la importancia del trabajo, ya que considera que es a partir de este que el hombre afirma su existencia.
Si bien es posible observar que los animales también producen, su producción se orienta hacia lo que necesitan inmediatamente para si mismos o su prole, por lo que puede considerárselos como encerrados en su particularidad, en el medio que su especie le circunscribe. Por el contrario, el hombre hace del trabajo, una actividad vital, objeto de su voluntad y su conciencia; no se deja arrastrar por los impulsos y necesidades orgánicas, sino que es capaz de mediatizarlos, en la medida que entre impulso y producción interpone la idea o representación del fin que desea realizar.
Es más, solo al liberarse de las necesidades físicas produce verdaderamente el hombre. El trabajo “libre y verdadero”, es decir, conforme a su esencia, es el que se realiza al liberarse de la necesidad orgánica. De este modo, el trabajo que solo se reduce a la mera actividad económica o simple medio de satisfacer necesidades básicas, invierte la esencia del hombre alienándolo.  

4)
En la sociedad que describe y critica Marx, el hombre esta alienado, ya que se encuentra ajeno a sí mismo y vive desconociendo su propia esencia.
El trabajo en esta sociedad no sirve para afirmar la esencia el hombre sino para negarla, ya que no es realizado de manera voluntaria sino forzado por la coacción de sus necesidades biológicas. En lugar de constituir una finalidad (la satisfacción de la necesidad de ser hombre), el trabajo queda rebajado a medio para satisfacer necesidades puramente animales. De esta forma, al trabajar, el hombre no se desarrolla física y espiritualmente, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu.
Por otra parte, el trabajador esta alienado respecto del producto concreto de su trabajo, ya que no le pertenece. El objeto en el que ha invertido su esfuerzo y tiempo se le figura extraño y hostil, ya que ni siquiera puede adquirirlo ya que la paga por su labor apenas le alcanza para cubrir sus necesidades físicas.
Por último, cabe agregar que el obrero también esta alienado al no poder elegir libremente su labor, que le viene impuesta dependiendo del lugar que ocupe en el proceso social de producción.
Esta alineación del sujeto que se origina en el trabajo se manifiesta a su vez en diferentes ámbitos o planos de la existencia humana, tales como el social, el político, el religioso, etc.


5)
Según hablemos de una sociedad primitiva, feudal o capitalista, existen diferentes tipos de relaciones que los hombres establecen entre sí, de manera independiente a su voluntad, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas. El conjunto de estas relaciones de producción forman la estructura económica de la sociedad, la cual es considerada por Marx como determinante para levantar la superestructura jurídica y política de la sociedad.
De forma que Marx entiende por relaciones de producción al conjunto de técnicas de producción de las que dispone una sociedad y la manera en que se distribuyen los productos de dicha producción. Tales relaciones constituyen la base de la que dependen los demás planos de la vida humana.

6)
En oposición a la filosofia dialéctica hegeliana, en la que se han separado artificialmente los aspectos socioeconómicos del desarrollo de los sistemas de ideas (políticos, religiosos, artísticos, científicos, etc.), Marx plantea que toda ideología mediante la cual el hombre toma conciencia de lo que es o cree ser no es de carácter autónomo, sino que refleja la estructura económica y social de la que nace.
Por ejemplo, no es posible pensar en el desarrollo de los estudios humanísticos en el Renacimiento (que abarcaron tanto en el campo del arte como en el de la ciencia) sin tener en cuenta la expansión comercial y financiera de algunas ciudades del norte de Italia, que permitieron solventarlos económicamente.
Te dije que tenía razón acera del Capitalismo.

7)
Para Marx la religión es “el opio del pueblo”, ya que la considera una justificación de la existencia miserable que lleva el hombre, permitiéndole soportar la desdicha que le provoca el estado actual de su existencia, proyectando para ello la ilusión de un “más allá” de la muerte, en la que este lograría hipotéticamente una vida mejor.
Según el concepto marxista del término “ideología”, esta no es más que una forma de justificar la dominación de una clase sobre otra. La religión no es más que una de tantas  ideologías, inventada y sostenida por algunos hombres a lo largo de la historia, para paliar la angustia de las clases bajas respecto a su realidad y legitimar los privilegios que sobre esta ejercían otras (tales como el clero y la realeza).

 8)
Marx plantea que no es posible separar los fundamentos socioeconómicos de una sociedad de los sistemas de ideas (políticos, filosóficos, religiosos, etc.) que se desarrollan en ella. Por el contrario, toda ideología representa un reflejo de la estructura socioeconómica de la que nace. El desarrollo productivo de los hombres y las relaciones de producción que entablan entre si determinan todas las ideas y formas de pensar y pensarse de estos.
Sin embargo, no por ello el individuo pasa a ser un mero producto social, sino que, en un proceso dialéctico, “las circunstancias hacen al hombre en la misma medida que este hace a las circunstancias”.
9)
Según Marx, los modos de producción de una sociedad no son fijos ni estáticos sino que representan una transformación continua y de acuerdo a las formas de trabajo y producción, también se transforman las determinaciones del hombre.
La manera concreta como en cada momento histórico se desenvuelve la producción determina la respectiva estructura social, las formas políticas vigentes y el carácter del arte, la religión, la filosofia, etc. de esa sociedad.
La fuerza motriz que pone en marcha la historia son, para Marx, las contradicciones que se producen, en una fase del desarrollo de una sociedad, entre las fuerzas productivas materiales de esta y las relaciones de producción existentes. Un ejemplo de estas contradicciones que sirven de motor a la historia lo constituyen las revoluciones, en donde entran en conflicto las fuerzas de producción (las condiciones económicas de una sociedad) con la realidad política jurídica vigente.
10)
Si bien solo es posible entender la doctrina de Marx teniendo como base a los aportes generados por los filósofos y pensadores ilustrados y su convicción en el poder de la razón humana, estos, en su gran mayoría (exceptuando quizás a Hume), no llegaron a renunciar del todo a la religión, optando por acercar sus ideas filosóficas hacia una forma de deísmo sin las complicaciones que se desprendían de la teología cristiana. 

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