miércoles, 22 de agosto de 2012

Artículo Neurociencias: Enseñando en un paisaje digital.


Artículo Neurociencias:
Enseñando en un paisaje digital.

Dr. Roberto Rosler

Introducción:

Todo es el contexto. Para ser efectivo en la mayoría de las cosas necesitamos adaptar nuestras conductas al contexto en el que estamos, sea el clima, la conducta, el lenguaje, la cultura, etc. ¿Cuál es el mejor contexto para educar a nuestros alumnos, el aula o el mundo?

Hay que tener en cuenta el contexto en e cual viven nuestros alumnos "postescuela". Este contexto está repleto de nuevas tecnologías, nuevos instrumentos, nuevas fuentes  y nuevas posibilidades. Este es un contexto en el cual los jóvenes aprenden solos y siguen sus propios intereses.

Debemos considerar otro contexto educativo, este contexto es el mundo en el que nuestros alumnos vivirán toda su larga vida luego de que salgan del paraguas educativo. Antes este nunca era un contexto separado porque el futuro en el que vivían los estudiantes era bastante parecido a los tiempos durante los cuales eran educados. Pero esto ya no es así. Sabemos que el futuro está cambiando en forma exponencial. Es muy probable que la tecnología con la que convivirán nuestros estudiantes será trillones de veces más poderosa que en la actualidad.

Por todo esto para ser un docente efectivo (esto es un ayudante, un guía, un coach y un preparador de individuos que vivirán en ese contexto) usted deberá desear adaptarse a este contexto. No porque usted diga “yo debo o yo necesito” sino por su auto respeto como docente y por su preocupación por las necesidades de sus estudiantes que lo obligan a no hacer menos.

La generación digital actual es diferente porque ha crecido en un nuevo paisaje digital. Para la mayoría de la generación digital nunca ha existido un momento en sus vidas en que no estuvieran rodeados de computadoras, videos digitales, celulares, videojuegos, Internet, etc. Esta exposición constante a medios digitales ha modificado la forma en que la generación digital procesa, interactúa y usa la información. Como resultado ellos piensan y se comunican en formas fundamentalmente diferentes que la generación previa.

Entendiendo a la generación digital
1. La necesidad de balance

La falta de balance en la vida de nuestros alumnos

Una de las afirmaciones más frecuentes sobre la generación digital es que existe una falta de balance en sus vidas. Esta afirmación se debe a que pasan la mayor parte de su tiempo postescolar mandando mensajes de texto, chateando con amigos, interactuando por Facebook, jugando con el Wii o surfeando por Internet.

El mundo digital está cambiando la forma en que nuestros alumnos están pensando, sus cerebros están siendo alterados por las experiencias audiovisuales e interactivas provistas por los instrumentos digitales online. La exposición diaria a computadoras, celulares, videojuegos, Internet, etc. Estimula la modificación de las conexiones neuronales y la liberación de neurotransmisores, fortaleciendo en forma gradual nuevas vías neuronales en nuestros cerebros mientras que debilita las viejas vías.

Mientras que nuestros hijos desarrollan avanzadas habilidades mediante el uso de instrumentos digitales y los potencia para hacer cosas remarcables que les servirán en el mundo del futuro, existen preocupaciones de que importantes habilidades cognitivas no se están desarrollando mientras dedican su atención al mundo digital. Una importante habilidad no desarrollada en la cultura digital es la interacción interpersonal cara a cara. Ya que hoy en día los niños pasan más tiempo interactuando con relaciones virtuales online y menos tiempo interactuando con personas frente a frente. Sin una suficiente estimulación interpersonal cara a cara los circuitos neuronales pueden atrofiarse y el cerebro puede no desarrollar habilidades sociales interactivas normales. La falta de capacidad de empatía puede ser una de las consecuencias de una generación digital que ha crecido rodeada de tecnología y que no ha estimulado y desarrollado sus circuitos neuronales de relaciones interpersonales. La epidemia de bullying puede ser un efecto colateral de esta situación (¡entre otros múltiples factores!).

Por todo esto debe existir un balance entre la habilidad de crear y mantener relaciones virtuales y la habilidad de hacer lo mismo en las relaciones cara a cara.

La generacion digital es mulitasking, siempre están realizando multiples tareas digitales en forma simultánea (surfeando por Internet, mirando un video, chateando con varios amigos y bajando música al mismo tiempo) mientras están haciendo la tarea escolar. Esta habilidad es impresionante y puede ser muy útil en una cultura digital. Pero no siempre es bueno hacer muchas cosas simultáneamente. El problema surge cuando se debe realizar una tarea que es nueva y que requiere concentrarse para cumplirla. Tratar de hacer múltiples cosas simultáneamente mientras se está tratando de completar una nueva tarea desafiante va contra nuestra biologia. Somos biológicamente incapaces de procesar estímulos que necesitan mucha atención en forma simultánea. Tratar de hacer muchas cosas al mismo tiempo significa que debemos constantemente interrumpir un circuito cerebral en la tarea que está haciendo para que cambie a otro circuito cerebral para completar otra tarea. Este cambio saltatorio constante puede ser problemático cuando estoy tratando de hacer una tarea específica porque pierdo tiempo valioso y cometo más errores mientras me muevo de una tarea a otra (y de un circuito neuronal a otro). Se calcula que estas interrupciones aumentan en un 50% los errores y en un 50% la pérdida de tiempo.

El efecto de multitareas sobre la productividad es como tratar de hacer algo despues de haber tomado varios tragos fuertes. Pensamos que lo estamos haciendo bien cuando en realidad estamos lentos y torpes y cometemos muchos errores.

El acceso rápido y superficial (y la conducta de abandonar la lectura estimulada por surfear la Internet) acoplado con el multitasking que se realiza en el mundo digital hace menos probable que la generación digital analice un argumento largo y complejo, que pueda seguir documentos que requieran un abordaje paciente para comprender el pensamiento de opiniones más prolongadas y desafiantes.

El estado de atención parcial continua, relacionada con la multitarea, es el resultado del bombardeo de información que asalta al sistema sensorial en un mundo digital. Hay tanta información que va desde los mensajes de texto a los videos de Internet, de la música a los llamados por celular, de los sitios brillantemente coloreados de la web a los mensajes instantáneos que la mente está continuamente leyendo por encima y salteando para poder mantener el registro de todo esto. Esta actividad cerebral “mariposa” puede ser un verdadero problema cuando se trata que un estudiante se focalice en una tarea.

La gran cantidad de tiempo que los jóvenes pasan utilizando sus instrumentos digitales hace que también dediquen poco tiempo al ejercicio físico y pasen poco tiempo al aire libre. Tampoco dedican suficiente tiempo a la lectura recreativa. También preocupa la naturaleza adictiva de los juegos digitales que puede crear una conducta obsesiva que puede llegar a los criterios de una adicción.

Por todo lo dicho si bien los instrumentos digitales proveen nuevas y poderosas vías para realizar cosas y desarrollar habilidades que son esenciales para el mundo moderno es importante que, mientras adquieren estas habilidades, nuestros alumnos tengan un balance en sus vidas para que puedan madurar como amigas/os, esposas/os, colegas y ciudadanos funcionales y productivos.

La necesidad de balance en la vida de nuestros docentes

Los docentes debemos decidir sobre qué estudiarán nuestros alumnos, cómo lo estudiarán, dónde lo estudiarán, qué equipamiento utilizarán y cómo serán evaluados. Y sin embargo nosotros, los docentes, hemos dedicado muy poco (o nada) de nuestro tiempo a aprender acera de las realidades del nuevo mundo digital online que ha alterado radicalmente las actividades que realizan nuestros alumnos durante su tiempo libre, el mundo del trabajo y los cerebros de los estudiantes a los que debemos preparar para vivir en el futuro. Por lo tanto nosotros, como docentes y adultos, ¡también tenemos una vida desbalanceada! Y, a menos que contrabalanceamos nuestras experiencias de vida no digitales con las nuevas experiencias digitales, esto tendrá malas consecuencias para la educación.

¿Cómo podemos esperar que los estudiantes se mantengan interesados en una escuela basada en ideas del siglo XX de lo que era el aprendizaje? ¿Cómo podemos pensar que nos estamos conectando con la generación digital cuando los ejemplos que usamos en nuestros materiales de aprendizaje provienen de un tiempo no digital con el cual nuestros alumnos no se pueden relacionar? ¿Cómo podemos pensar que estamos preparando en forma adecuada a nuestros estudiantes para el siglo XXI si no aprendemos como opera el mundo del siglo XXI? ¿Y cómo podemos esperar que nuestros alumnos sigan nuestros consejos sobre cómo comportarse cuando nosotros no entramos en su mundo de una forma significativa, elocuente y positiva?

2. El problema de la brecha

“Nostalgia is like a grammar lesson: You find the present tense and the past perfect.” Robert Orben

“El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia.” Milan Kundera

Uno de los graves problemas en nuestras escuelas es la rápidamente creciente brecha de comprensión entre los jóvenes que se sientan en las aulas y los adultos que les enseñan y que tomas las decisiones acerca de qué es lo que aprenderán, dónde lo aprenderán y cómo lo aprenderán. El problema es que esta brecha de comprensión está causando una crisis en la relevancia de nuestras escuelas.

Creo que es crítico examinar la naturaleza de esta brecha. Para lograr esto es importante explorar algunos aspectos de la vida que los adultos de hoy experimentaron cuando eran jóvenes y compararlas con la vida que experimentan los jóvenes de hoy. Creo que es importante hacer esta comparación para captar la magnitud de la brecha que se ha desarrollado entre los nuevos jóvenes digitales y las generaciones previas. Describiendo la naturaleza de esta brecha podemos establecer una base para llevar a cabo cambios en la forma que enseñamos a la generación digital.

Conectarse con los estudiantes es clave para una enseñanza efectiva

Comprender por qué están pasando los jóvenes es clave para una enseñanza efectiva. Este conocimiento nos ayuda a tener empatía por nuestros estudiantes. Comprender el mundo de nuestros estudiantes nos ayuda a utilizar ejemplos e ilustraciones que se conectan con lo que los alumnos conocen y con las alegrías y dificultades que ellos encuentran cada día.

Durante gran parte del siglo XX el mundo que experimentaban los alumnos no era radicalmente diferente al mundo que experimentaban sus padres y docentes. Los docentes podían asumir que la experiencia de de su infancia era aún válida para sus estudiantes. Los docentes podían usar ejemplos de su propia juventud confiando que sus alumnos las iban a entender porque ambos estaban en la misma posición.

Sin embargo algo muy significativo ha ocurrido desde que la mayoría de los docentes ha terminado su infancia y eso ha sido la rápida emergencia del mundo digital online. Las experiencias disponibles para nuestros alumnos son tan diferentes a las que experimentamos los docentes durante nuestra infancia que una gran brecha de comprensión se ha desarrollado en el corto tiempo de vida de este mundo digital online. Este nuevo mundo digital ha vuelto muchas de las experiencias infantiles de los docentes desconectadas e inaplicables al mundo de los alumnos modernos. Es por lo tanto fundamental que los docentes construyamos un puente sobre esta brecha en la comprensión de nuestra infancia y la de nuestros alumnos digitales.

El problema de nuestro pasado

La vida está cambiando en forma tan rápida que nos encontramos asiéndonos a ideas obsoletas de cómo las cosas se hacen. Tomemos una rápida caminata por el sendero de la memoria para ver qué puede usted recordar de su juventud.

Algunos de ustedes pueden ser lo suficientemente “experimentados” como para recordar juguetes de plomo pintados de colores brillantes o podrá recordar andar en una bicicleta sin casco. Tal vez pueda recordar jugar en la plaza a la luz del sol sin usar protector solar y tomar agua de un bebedero o de una manguera sin enfermarse. Tal vez pueda recordar sentarse para una cena familiar casi todas las noches y charlar con sus padres y hermanos. Tal vez recuerde a su madre quedarse en casa mientras su papá iba a trabajar. Tal vez recuerde cuando una de las peores cosas que podía sucederle era ser enviado a su habitación por haberse portado mal y esta sanción era terrible porque en su dormitorio no había nada para hacer. Dependiendo de su edad podrá recordar tener un solo televisor en su casa o sólo cuatro canales para ver. Puede aún recordar su primer televisor a color o su primer televisor con control remoto. Tal vez pueda recordar estar sentado con toda su familia mirando juntos programas de televisión. Quizás recuerde dibujitos animados como Bugs Bunny o Tom y Jerry. Puede ser que recuerde un tiempo cuando la única forma de ver una película era ir al cine. Quizás recuerde tecnología como los discos de 33 revoluciones por minuto, o cuando fueron reemplazados por casetes. Quizás recuerde utilizar discos de 3,5 en su computadora. O tal vez recuerde cuando las computadoras no estaban conectadas a Internet. Hasta tal vez recuerde algo tan arcaico como escribir una carta a mano. Tal vez pueda recordar cuando sus maestros o profesores eran autoridades que debían ser respetadas. Quizás pueda recordar cuando los docentes y los libros de texto eran las únicas fuentes de información en el aula. Tal vez pueda recordar cuando buscar bibliografía era una actividad física que involucraba ir a la biblioteca, buscar en el catálogo y luego deambular por los estantes entre las pilas de libros rogando encontrar el libro que uno necesitaba. Si uno tenía la suerte de localizar el libro buscado entonces uno lo hojeaba tratando de encontrar la información necesitada. Algunos recordarán aquellas épocas en que aún no existían las fotocopiadoras y hacer resúmenes a mano de dicha información.

Sin importar su edad la mayoría de las personas que lean estas líneas crecieron en un tiempo radicalmente diferente que el que experimentan nuestros alumnos hoy en día. Es muy importante que entendamos el impacto que tuvieron estas experiencias en nuestras ideas sobre cómo funcionan las familias, como funciona la sociedad, qué hacen nuestros alumnos en sus momentos de ocio, a qué es lo que se parece enseñar hoy en día, qué habilidades y conocimiento debe ser valorados en la escuela, donde se busca y encuentra nueva información, cómo se relacionan las personas entre si, quien tiene autoridad hoy en día y qué es lo que se necesita para tener éxito. Es fundamental que comprendamos que estas experiencias han formado un poderoso constructo mental que llevamos con nosotros a lo largo de nuestra vida, incluyendo cómo pensamos en el aula, en las reuniones de cátedra, en las reuniones de claustro, etc. Este constructo mental se puede convertir en un poderoso obstáculo epistemológico tal como lo definiera Gastón Bachelard.

Para Bachelard los obstáculos epistemológicos están constituidos por las dificultades psicológicas que no permiten una correcta apropiación del conocimiento objetivo. El primer obstáculo es el de la experiencia primera; está experiencia está conformada de informaciones que se alojan en el espíritu en los primeros años de la vida intelectual. Estas informaciones no se pudieron someter a crítica alguna, pues el espíritu se encontraba desarmado dado que se encontraba sumergido en la inconsciencia del ignorar. Al no sufrir crítica alguna estas experiencias primeras pasan sin tamizar a convertirse en verdades primarias frente a las que es imposible crear nuevos conocimientos que vayan en contra de las mismas.


Dr. Roberto Rosler
Orador y turor en Asociación Educar.
Médico Neurocirujano egresado con Diploma de Honor - Universidad de Buenos Aires.
Médico Asistente Extranjero de los Hospitales de Paris (Francia).
Médico neurocirujano del Servicio de Neurocirugía del Hospital Británico de Buenos Aires.
Profesor en temas referidos a neurofisiología y  neurociencias – Hospital Británico, Universidad de Buenos Aires (UBA), Hospital Italiano, Universidad Abierta Interamericana, Universidad Católica de Santiago del Estero.

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Ciencias y Neurociencias aplicadas al Desarrollo Humano
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